Era la primera vez que íbamos a un hotel rural y lo único que puedo decir que hemos acertado de pleno con el lugar, desde el momento que llegas te sientes como en casa gracia al buen hacer de Ceci y Quim dos personas geniales tanto con el trato y en todo, esta casa rural ha sido rehabilitado por ellos y la verdad es que lo han logrado con creces.
Nosotros teníamos desayuno y cena y que puedo decir?solo una cosa fantástico nosotros que hemos estado en hoteles de muchas estrellas y no le legan ni a la mitad de lo que nos hemos encontrado aquí, un desayuno fantástico con productos de la región de embutidos a parte de mermeladas de todas clases algo repito fantástico, en cuanto a la cena que puedo decir, Ceci cocina de miedo algo increíble; hacia años que no cenábamos tan bien en un sitio; aparte de la conversacions amena que aportan tanto Ceci com Quim, dos anfitriones perfectos.
Solo vamos añadirles dos peros, el primero que te cobren 20 euros cada dia para leña de la chimenea no me parece adecuado y la otra te tendrían que hacer la cama y en el cuarto de baño poner jabón de manos gel y shampo solo esos dos peros, mi nota es un 8 si no hubiese sido por esos dos peros seguro que seria un 10, pero i todo así es un sitio altamente recomendable y no dudare en ningun momento de recomendar este establecimiento y por ultimo solo decir una cosa gracias Ceci y Quim por todo.
Estaba buscando la «típica» masía con chimenea en la habitación, decorada como una masía rústica y con bonitos alrededores para hacer senderismo y cual fue mi sorpresa al descubrir que lo que pedía no era tan fácil de encontrar ni tan típico como esperaba.
Encontré varias masías pero o no tenían chimenea en la habitación o tenían una decoración que las hacía poco auténticas por dentro (parecían pisos modernos en lugar de masías).
… o les fallaban los alrededores. El caso es que algo siempre fallaba….. pero finalmente di con este lugar y acerté de pleno!!! esta preciosa casa rural se la recomiendo a todo el mundo.
Me hospedé en la habitación Roja (Fredulic) y no pude estar más a gusto de lo que estuve. La chimenea es un lujo, hace que te sientas super confortable en la habitación, las mecedoras hacen posible estar cerca del fuego y ver como chisporrotean las brasas a la vez que lees un buen libro.
La presencia de los anfitriones es ideal, cercanos pero a su aire, están si los necesitas, te recomiendan rutas, se interesan por tu comodidad y por tu estancia pero te dejan a tu aire, no agobian.
La casa tiene muchos rincones preciosos en las zonas comunes, varios saloncitos que merece la pena explorar. Los anfitriones han sabido crear espacios únicos gracias al precioso mobiliario y a la forma de decorar cada detalle.
Los desayunos son muy variados, muchísimas mermeladas caseras de muchos sabores, embutidos y quesos auténticos. Tienen en cuenta las intolerancias alimentarias y las restricciones en cuanto a carne o productos animales si les avisais en la reserva.
Los alrededores son muy bonitos, con preciosas rutas por la montaña para todos los niveles de dificultad.
Es muy recomendable.